Según la Organización de las Naciones Unidas (ONU), la expresión “pueblos indígenas” agrupa a más de 5 000 pueblos diferentes, con una población estimada superior a los 370 millones de personas, repartidos en 70 países de los cinco continentes (UNIPP, 2012). Estos pueblos son muy diversos: cada cual tiene su propia cultura, lengua, historia, cosmovisión y sistemas productivos, alimentarios y medicinales.
Si bien existen varios significados del término “indígena” o “pueblos indígenas”, esta denominación ha alcanzado difusion internacional en el contexto de los debates globales relativos a los derechos de las minorías étnicas, los pueblos tribales, los nativos, los aborígenes y
las poblaciones indígenas. Son grupos que han sido, y siguen siendo, discriminados y marginados como resultado del colonialismo y los procesos poscoloniales
de constitución y desarrollo de los Estados modernos.
Los territorios en los que los pueblos indígenas y tribales realizan la gobernanza forestal de forma colectiva, son fundamentales por su:
• gran capacidad de captación y almacenamiento de carbono;
• alto nivel de biodiversidad;
• gran riqueza y diversidad cultural;
• potencial para promover el desarrollo rural con
pertinencia cultural y el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo
Sostenible (ODS)
Las culturas y los conocimientos tradicionales
indígenas y tribales han contribuido de varias formas a reducir la destrucción
de los bosques.
Las culturas de los pueblos indígenas y tribales han evolucionado a partir de una relación muy estrecha y de larga data con su entorno ecológico. Eso se refleja no solo en sus lenguas, sistemas alimentarios y medicinales, creencias espirituales, conocimientos ecológicos, sino también el manejo de sus bosques y paisajes.
La característica que mejor distingue a los indígenas de los mestizos en cuanto al uso de suelo es el menor peso de la ganadería bovina extensiva en los territorios indígenas que en las fincas mestizas (Rudel, Bates y Machinguiashi, 2002; Carr,2004; Killeen et al., 2008; Stocks,
McMahan y Taber, 2008; Lu et al., 2010; Müller et al., 2012; Torres et al., 2018; Vasco, Bilsborrow y Griess, 2018).
La ganadería bovina se asocia a la llegada de los colonizadores españoles y portugueses y siempre ha tenido mayor peso en los sistemas de producción y consumo de los mestizos que en los de la mayor parte de los pueblos indígenas o tribales.
El aprovechamiento de productos forestales no maderables – carne de monte, plantas medicinales, frutas silvestres y leña, entre otros – es una parte integral de las culturas indígenas y tribales de las zonas boscosas, y contribuye de forma notable a sus medios de vida (Toledo et al., 2003; Silva Crepaldi y Luna Peixoto,2010).
Thul Nasa: huerto casero tradicional, modelo de desarrollo alternativo en el resguardo indígena de yaquivá, Colombia. Fuente: https://www.crihu.org/2018/11/en-el-ombligo-del-tul-nasa-se-siembra.html
Comunidad Kolla en la Puna Argentina. Fuente: https://www.youtube.com/watch?v=Fe6lEF9mLz0&t=2290s
Los territorios indígenas tradicionales abarcan el 22 % de la superficie terrestre del mundo, pero el 80 % de la biodiversidad del planeta.
Sus formas y medios de vida son un paradigma para la
conservación de los recursos naturales, el cultivo sostenible de alimentos y la vida en armonía con la naturaleza. Reavivar estos conocimientos que tienen su
origen en un patrimonio y legado histórico es esencial para hacer frente a los retos a los que se enfrentan la alimentación y la agricultura hoy en día y en el futuro.
He aquí cinco maneras en que los pueblos indígenas ayudan a luchar contra el cambio climático:
1. Sus prácticas agrícolas son resilientes al cambio
climático
A lo largo de los siglos, los pueblos indígenas han
desarrollado técnicas agrícolas que se adaptan a entornos extremos, como las grandes alturas de los Andes, las praderas secas de Kenya o el frío extremo del
norte de Canadá. Estas técnicas puestas a la prueba del tiempo, como la creación de terrazas, que detiene la erosión del suelo, o los jardines flotantes, que hacen uso de campos inundados, significa que los pueblos indígenas han construido sistemas que son apropiados para los cada vez más intensos fenómenos meteorológicos y cambios de temperatura que conlleva el cambio climático.
2. Conservan y restauran los bosques y los recursos
naturales
Los pueblos indígenas se sienten conectados con la
naturaleza y se sienten parte del sistema en el que viven. Los recursos naturales son considerados como una propiedad compartida y son respetados como tal.
3. Los alimentos autóctonos amplian y diversifican las
dietas
Actualmente, el mundo depende en gran medida de un pequeño conjunto de cultivos básicos. El trigo, el arroz, las papas y el maíz representan el 50 por ciento de las calorías que consumimos diariamente. Con cultivos nativos con alto contenido de nutrientes, los sistemas alimentarios de los pueblos indígenas pueden ayudar al resto de la humanidad a ampliar su limitada base alimentaria.
4. Los alimentos autóctonos son resistentes al cambio
climático
Los pueblos indígenas a menudo cultivan especies
nativas que se adecúan mejor a los contextos locales y son más resistentes a las sequías, a la altitud, a las inundaciones o a otras condiciones extremas.
Más ampliamente extendidos en la agricultura, estos cultivos pueden contribuir a aumentar la resiliencia de las producciones agrícolas, haciendo frente a un clima cada vez más cambiante en estos tiempos.
5. Los territorios indígenas poseen el 80 por ciento
de la biodiversidad del mundo
Al vivir una vida natural sostenible, los pueblos indígenas preservan estos ambientes, que contribuye a mantener su
biodiversidad.
Algunos de los sistemas productivos ancestrales…
Terrazas o andenes de cultivos
Las terrazas son amplios escalones construidos en las laderas de
las montañas, esto le permitió a civilizaciones como los Incas ganar tierras para desarrollar la agricultura y adaptarse al paisaje.
Este sistema de terrazas Incas cumple tres funciones principales:
Contención: Estas construcciones evitaban que la erosión del terreno crease desprendimientos de material al momento de llevar a cabo la construcción de ciudades, casas y templos.
Agricultura: A través de la realización de andenes los Incas ampliaron la cantidad de tierras útiles para la actividad agrícola. Las terrazas permitían aprovechar el agua de lluvia como fuente de riego de los cultivos, a través de canales que conectaban cada
uno de los niveles de terrazas.
Centros ceremoniales: Estos andenes de construcción más fina y extensa, tenían como objetivo ornamentar centros ceremoniales y/o administrativos. Un ejemplo de esto son los andenes de Ollantaytambo, Moray y Pisaq.
Terraza de cultivos Incas en Machu Pichu, Perú.
Fuente: https://www.perurail.com/es/blog/todo-lo-que-debes-saber-sobre-las-terrazas-de-machu-picchu/
Terrazas de cultivos Incas en Moray, Cusco, Perú.
Fuente: https://www.perurail.com/es/blog/todo-lo-que-debes-saber-sobre-las-terrazas-de-machu-picchu/
Detalle constructivo de terrraza de cultivo Inca. Fuente:https://sunproof.se/terrazas-de-cultivo-incas-imagenes.html
Waru Waru o Camellones
Los Waru Waru, son prácticas ancestrales de uso común en el altiplano, en áreas inundables o inundadas, que consisten en arrojar tierra formando una plataforma o “cama” rodeada de agua, donde se realiza la siembra. El agua alrededor del waru waru crea un microclima que mitiga el efecto de las heladas, permitiendo el desarrollo de los cultivos.
Estos sistemas de producción son preincaicos , llamado Waru Waru (palabra quechua), SUCACOLLOS ( palabra Aymara), o CAMELLONES (termino de Ingenieria).
Waru Waru en campo de cultivo en Puno, Perú. Fuente: https://www.minam.gob.pe/cambioclimatico/wp-content/uploads/sites/11/2015/01/resumen8.pdf
Cultivo de papas en Waru Waru en Puno, Perú. Fuente: https://www.minam.gob.pe/cambioclimatico/wp-content/uploads/sites/11/2015/01/resumen8.pdf
Cultivo de papa en la comunidad Muyupampa, Perú. Fuente: https://www.minam.gob.pe/cambioclimatico/wp-content/uploads/sites/11/2015/01/resumen8.pdf
Ilustración de Sistema de Producción waru waru – Altiplano de Puno. Fuente: https://hidraulicainca.com/puno/waru-waru-puno/
Fuente: https://hidraulicainca.com/puno/waru-waru-puno/
Chinampas
La chinampa es un método de agricultura empleado por los aztecas. El sistema de chinampa es una de las tradiciones milenarias de cultivo que ha permanecido hasta la actualidad gracias a la trasmisión del conocimiento entre familias Aztecas dedicadas a la agricultura.
Este sistema surgió en consecuencia de una crisis por escasez de alimento en la civilización azteca.
Ante esta situación se desarrollo esta técnica que consistía en ganar terreno al lago con rellenos de limo y vara.
El sistema artificial de cultivo se construye en zonas en las que el agua es el principal recurso natural. Se construyen con el fin de cultivar hortalizas para el autoconsumo y mercado local. Este sistema de cultivo se coloca en zonas poco profundas de lagos, no depende del riego artificial o de agua de lluvia, ya que por su localización siempre dispone de irrigación. Existen dos tipos de chinampas, la de tierra adentro, que se sitúa en las orillas y es regada mediante canales y la de laguna, que se construye sobre el agua.